lunes, 29 de marzo de 2021

¿CÓMO CONSERVAR TU SALUD MENTAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA?

 



La Organización Mundial de la Salud reconoce que no existe una definición oficial de Salud Mental. Las definiciones varían en función de diferencias culturales, asunciones subjetivas y teorías profesionales.

No obstante, los teóricos coinciden en que “salud mental” y “enfermedad mental” no son conceptos opuestos, debido a que la ausencia de algún desorden mental no implica que gocemos de una buena calidad de vida. Y, al contrario, que tengamos un trastorno no nos impide gozar de una calidad de vida razonablemente buena. Verbalización 

La salud mental es una cuestión que nos afecta a todos. Por ello, no sólo las personas que padecen un tipo de trastorno en particular deben cuidarla, sino que debemos tenerla en cuenta todos, porque cualquiera pudiera sufrir alguna patología mental a lo largo de su vida.

En las diversas circunstancias que se nos presentan a lo largo de la vida, siempre tendremos reacciones psicológicas adaptativas y no adaptativas, pero en éstas circunstancias actuales de pandemia por el coronavirus, se presentan de manera inevitable. 

Me permitiré relatar mi historia en relación con la llegada del Covid-19, para ejemplificar comportamientos, emociones y sensaciones de los fenómenos psicológicos que se vislumbran en la misma, con la finalidad de aprender a identificarlos y manejarlos para evitar que se conviertan en reacciones no adaptativas, disfuncionales o patológicas.

A mediados de diciembre de 2019, una de mis hermanas me comentó sobre un virus en China, y en realidad no le di mucha importancia. Lo único que pasó por mi mente fue la distancia entre China y Venezuela y le dije que no creía ese virus se propagara y nos visitara. 

A la semana siguiente, visitamos a mí suegra, ella es aficionada a la radio, y nos comenta que están pasando la noticia que el “El médico Li Wenliang de Wuhan China, sugiere que se tenga cuidado con una enfermedad contagiosa que inicia como una gripa y termina en neumonía”. También, le dije lo mismo que a mi hermana y tampoco le presté atención. 

Los días pasaron y de lo que menos estaba pendiente era de ese fulano virus. Acostumbro a hacer siesta después del almuerzo, con el televisor encendido y cuando comenzaba a conciliar el sueño, escucho la noticia que el médico Li Wenliang, quien diagnosticó por primera vez la presencia de la infección en Wuhan, había muerto por una neumonía causada por el coronavirus, la enfermedad descubierta por él en diciembre 2019.

Es así, cuando comienzo a preocuparme. La noticia sobre la escalada de la epidemia circulaba por todas partes del mundo. Ya no era China, sino Italia, después España, Suiza y Alemania. Mi temor en ese momento era que de llegar esa pandemia a mi país (Venezuela), sería un caos total, debido a que nuestro sistema de salud no estaba en capacidad de enfrentar un brote de la enfermedad. 

A partir de entonces la palabra coronavirus se convirtió en la más aterradora de todas, a pesar de que muchos la envolvieron con su buen humor. Particularmente, con tan sólo escucharla ya sentía miedo. 

El viernes 13 de marzo, Venezuela anuncia su primer caso confirmado de Covid-19. Recuerdo muy bien ésta fecha porque el sábado 14 mi esposo celebraba su aniversario de vida y para ello realizamos una pequeña reunión con amigos y familiares. Ese día todos hablábamos del Covid-19, parecía que más bien le estábamos celebrando su llegada al mundo.  

El lunes 15 de marzo, inicia el período de cuarentena y con ello el miedo, el malestar y la incertidumbre. Muchas interrogantes pasaban por mi mente, de las cuales ninguna tenía respuesta concreta. Lo único cierto era que se debía cumplir con las normas impuestas por el Ejecutivo Nacional.  El cierre de los centros educativos y de algunos sectores fueron acatados inmediatamente. 

Por otro lado, la situación económica del país tampoco era de gran ayuda para quienes no contaban con ingresos fijos y dependían de su trabajo diario. Estar encerrados sin generar ingresos para el sustento diario, se convirtió en un tormento. Ya, no era sólo la situación del Covid-19, la única preocupación en Venezuela, sino la cantidad de personas sin recursos en sus hogares. Esto fue generando un tamiz de desesperanza y temor. 

Mi mundo, se saturó de información sobre el Covid-19. Mis pensamientos viajaban a diferentes partes del planeta, imaginaba personas enfermas, hospitales abarrotados, personas fallecidas, en fin …mis pensamientos no eran nada placenteros. Esto me llevó a tener insomnio y estaba paranoica. Fue así cuando entendí que la pandemia era una realidad en mí país, en mi urbanización, en mi calle, debido a qué a tres días de haber confirmado el primer caso en el país, la cantidad de casos confirmados había aumentado a 17.  

Ahora bien, antes de la pandemia, mi vida giraba alrededor de trabajo y casa. Salíamos a las 7.00 am y regresábamos a las 3:00 pm. Además, realizaba trabajos extras y eso me mantenía activa. Mi esposo y yo, tenemos proyecto en común que también desarrollamos algunas veces desde casa. Así, solíamos pasar el tiempo. El fin de semana frecuentemente salíamos a divertirnos un rato, visitar familiares y compartir con amigos. 

La libertad que tenemos de poder hacer lo que queramos es algo invaluable, y es allí, precisamente donde radica el problema. A nadie le gusta que le impongan hacer algo, porque de hacerlo no lo hará de buena manera. La medida de acatar la cuarentena al principio fue receptiva, pero a medida que pasaba el período muchos ya estaban fastidiados y la catalogaban como un castigo, como pérdida de tiempo y para muchos improductiva. 

En mi caso, no fue difícil quedarme en casa, primero porque disfruto estando en ella, y además sentía la obligación y responsabilidad de hacerlo para evitar contagiarme y contagiar a mi familia. Además, realizaba trabajo desde casa. Pero, así como estaba tranquila, no puedo negar que también tuve episodios de llantos, momentos de ansiedad y tristeza, algunas veces sentía que no me toleraba a mí misma. La misma situación e incertidumbre me iba envolviendo y no me dejaba avanzar. Por momentos, perdía mi sentido del humor, motivado a la diversidad de información que leía y escuchaba. La tristeza me invadía cuando me enteraba sobre el fallecimiento de algunos médicos y conocidos. Sólo pedía a Dios, intercediera para que nos ayudara a salir airosos de esa situación. 

A partir del mes de junio de 2020, ampliaron la medida de flexibilización impuesta por el Gobierno Nacional, a catorce sectores más. Sin embargo, cuatro días después se ordenaron nuevas restricciones.

Y, así hemos seguido con semanas radicales, clases semi-presenciales, sectores priorizados, servicio de transporte a medias…Pero, la mutación del virus, puso en alerta nuevamente al mundo. Esta nueva cepa, llamaba cepa brasilera, al parecer es más agresiva y el llamado nuevamente es a quedarse en casa.  

El nivel de contagio en Venezuela y específicamente en Maturín, estado Monagas, donde resido, se ha incrementado a tal magnitud que se ha salido de control. Esta situación, ha ocasionado que mi angustia y preocupación afloraran nuevamente. Son muchos los casos y los conocidos que han fallecido a causa del virus.

La situación tiene su particularidad, debido a que muchas personas tienen que salir a trabajar a pesar de la situación, sin cumplir en algunos casos con las medidas de bioseguridad, los centros asistenciales colapsados y el personal de salud haciendo lo humanamente posible para atender a los pacientes, asimismo hacer largas colas para surtir combustible y retirar dinero de las entidades bancarias. Estas son situaciones que a mi parecer favorecen la propagación del virus. 

A pesar de sentirme triste, angustiada y agobiada por la situación, he reflexionado mucho. Esta emergencia global es una oportunidad única para repensar el sistema de valores e ideas que pensábamos no se podían cambiar. Me he detenido a analizar, y veo ésta crisis como una oportunidad para repensarnos como especie humana, porque a pesar de todo hemos sacado lo mejor de sí, surgiendo ideas creativas que nos han fortalecido y algo bueno nos debe quedar de todo esto. 

Ahora bien, lo narrado tiene su explicación:

Y, es que los seres humanos contamos con recursos personales para protegernos durante las adversidades y como estrategia de adaptación involucramos pensamientos, emociones y acciones que nos permiten amoldarnos a diferentes escenarios, siendo nuestra mente la fuente principal que de una u otra manera se las ingenia para darle explicación o evaluar las situaciones.

Por consiguiente, se distingue como hecho amenazante aquello que interpretamos como peligroso para la vida o para la estabilidad psicológica y podemos experimentar un sentimiento de ausencia de recursos internos para hacerle frente de manera exitosa, es decir; pensamos que no podemos con la situación.

Una noticia que para mí no pudo relevancia ni importancia en un momento, porque percibía que no me afectaría, después se convirtió en mi tormento, debido a que se instauró en mi mente de tal manera que me ocasionó sufrimiento. 

La palabra pandemia de por sí genera temor, y al descubrir que no es la palabra, sino que estamos en una situación de pandemia, esto me generó temores que determinaron ciertos comportamientos de control, protección o evasión, cuando imaginaba que éste virus podía afectar mi propia vida y la de mí familia. 

La misma necesidad que tenía de adaptarme, me llevaba a pensar que todo estaba normal, esto para darme tiempo a asimilar lo que estaba sucediendo. Cuando algún amigo me enviaba mensajes chistosos relacionados con el virus o memes, me reía y hasta me olvidaba por un momento del peligro.  Pero, cuando reaccionaba todo estaba como al inicio. Estas situaciones hacían posible que se activaran en mi cuerpo sistemas neurológicos como el miedo y la ansiedad, produciéndome aceleración del corazón, inquietud, aumento de la respiración e insomnio.  

En tiempo de contingencia es normal sentir miedo y ansiedad, lo cual puede incrementarse por la incertidumbre, pero debemos generar estrategias que nos permitan controlarlos, debido a que si no se crean se puede ver amenazada nuestra salud mental.

No debemos permitir que el temor invada nuestro ser, porque será la única manera de tomar el control activo de esta nueva realidad. Si nos dejamos vencer por el temor, no tendremos tranquilidad, no tendremos reposo, la perturbación estará presente en todos los aspectos pudiendo provocar depresión o ansiedad anormal.

En situación de pandemia como la actual, se unen tres elementos que generan ansiedad: La amenaza a la vida, el cambio de las rutinas cotidianas y la incertidumbre.

No obstante, a pesar de todo también he sentido sentimientos de esperanza, aceptación y compensación, pensando que esto es una lesión para la humanidad confiando que después que pase la crisis tengamos otra apreciación de lo que significa la vida y convertirnos en mejores personas.

Este es mi aporte que pueden poner en práctica para cuidar la salud mental en tiempos de pandemia. (QUÉDATE EN CASA)

Evita hablar mucho sobre el tema del COVID-19

A pesar que es común sentir la necesidad de hacerlo, es preferible mantenerse al margen de la situación, debido a que a raíz de la pandemia la situación económica y social también se han visto afectadas. Es preferible hablar de cosas positivas que negativas, porque esto produce un efecto psicológico llamado catarsis, que consiste en la elaboración de las tensiones emocionales a través de la verbalización de situaciones trágicas. Mente positiva y pláticas placenteras.

Acepta e identifica la situación:

No podemos tapar el sol con un dedo y tampoco podemos ocultar nuestras emociones de angustia en una situación como la actual, porque éstas surgen espontáneamente ante escenarios amenazantes. Pero, sí podemos regularlas utilizando técnicas de meditación, escuchando buena música, hablar con amigos y familiares, verificar los hechos para no atormentarnos. Es decir, mientras más objetivos seamos, menos desbordamiento emocional tendremos. 

Reconoce tus emociones:

Entender cómo te sientes es importante. Por ello, no ignores tus sentimientos. Sentir tristeza o enojo es normal, pero procura en todo momento despertar la alegría a través de otras actividades.

  Piensa en actividades que te puedan distraer 

Baila, canta, cocina, juega en línea con tus amigos. Haz ejercicios en casa. Haz todo aquello que te haga feliz, esto te ayudará mucho a combatir la tensión emocional. 

Mantén el contacto con tus seres queridos

Conversar con alguien siempre es bueno y ayuda mucho. Ponte en contacto con tus padres, amigos y familiares más cercanos, es una buena manera de decir aquí estoy yo. 

Apúntale a las cosas buenas

Quizás todos los días no sean buenos, pero siempre hay algo bueno en cada día. Cierra los ojos y visualiza tu día antes de dormir y te darás cuenta que a pesar de no definirlo como bueno, siempre hay algo que agradecer. 

Sé amable y cordial 

Es importante tener en cuenta que cada persona está viviendo la pandemia de manera diferente. Así que es recomendable utilizar un lenguaje moderado, mantener la armonía y sobre todo el respeto. Ahora más que nunca, debemos ser solidarios y apoyarnos mutuamente

Estar pendiente de la salud

Es importante saber que nuestro cuerpo experimenta y reacciona de acuerdo a nuestro estado de ánimo. Mantén hábitos saludables y presta atención a las alertas de tu cuerpo.

Sabemos, que la pandemia del COVID-19, ha tenido un efecto descomunal en nuestras vidas, enfrentándonos así a múltiples situaciones estresantes y abrumadoras que nos han generado emociones fuertes. Sin embargo, a pesar de ser necesarias las medidas de salud pública implementadas por las autoridades, también pueden hacernos sentir aislados y aumentar el nivel de estrés y la ansiedad.

A pesar de ello, nosotros somos los dueños de nuestro cuerpo y por ende los responsables de cuidarlo y protegerlo. Entonces, somos nosotros quienes debemos adoptar estrategias que nos permitan cuidar nuestra salud mental, porque de lo contrario podrían desencadenarse otras situaciones. 

Recordemos que existen personas más vulnerables que otras y requieren mayor atención. Ante cualquier situación de alarma recurra a un especialista.


Cuida tu mente…mantén una actitud positiva




 

 

 


domingo, 28 de marzo de 2021

SUPERACIÓN PERSONAL Y DESARROLLO PERSONAL

 



La superación personal y el desarrollo personal, son términos que se relacionan entre sí con situaciones diferentes. A pesar de ser procesos evolutivos y de transformación que experimenta una persona al adoptar nuevos hábitos, formas de pensar y cualidades que le permiten alcanzar sus metas y desarrollar su potencial en los diversos roles de la vida (personal, profesional, sentimental), cada uno tiene su particularidad.

LA SUPERACIÓN PERSONAL

Es el motor intrínseco que motiva al ser humano a aprender de los errores y experiencias para emprender la conquista de sí mismo, adoptando nuevas formas de pensamientos, que le proporcionen nuevos comportamientos y actitudes que lo lleven a alcanzar sus sueños y aspiraciones para mejorar su calidad de vida.

El proceso de superación personal lleva literalmente a las personas a cambiar de estado de ánimo fácilmente. De estar tristes, enojadas, deprimidas a uno totalmente nuevo, convirtiéndolas en personas alegres, enamoradas, con mucha pasión por la vida y con lo que hacen. Asimismo, este mejoramiento emocional les permite cambiar algunos malos hábitos como dejar de fumar, dejar el alcohol, las drogas, mejorar las relaciones personales y aumentar su autoestima, entre otros beneficios.

Por ello, los pensamientos de una persona son pieza clave para su superación personal, debido a que éstos son los que determinan su carácter. Nosotros, somos el reflejo de nuestros pensamientos predominantes. Para tener un carácter admirable, es necesario albergar pensamientos correctos que nos lleven a lograr resultados satisfactorios en nuestra vida.

La superación personal, le permite al ser humano realizarse en diversos aspectos de su vida,  le ayuda  construir confianza, a superar el miedo y encontrarle sentido a su existencia a través de la mejora continua. Es por ello, que la superación personal no es exclusiva de cierta edad y puede presentarse en cualquier etapa de la vida. Es una evolución a largo plazo que se debe trabajar continuamente, debido a que exige voluntad, autodisciplina y dedicación. Además, implica salir de la zona de confort para enfrentar nuevos desafíos, conllevando así a un cambio de mentalidad y actitud. La clave para la Superación Personal, está en adquirir y utilizar nuevos pensamientos o creencias que nos permitan viajar hacia la dirección que queremos, desarrollando nuestro potencial y  ser mejores personas cada día.

DESARROLLO PERSONAL

El desarrollo personal se define como el proceso de transformación que nos permite adoptar nuevos comportamientos y actitudes; todo esto en función de mejorar nuestro desempeño, ya sea este laboral o social. En pocas palabras el desarrollo personal es el auto mejoramiento que realizamos a través de nuevos conocimientos, experiencias y creencias que obtenemos en nuestro transitar por la vida. No sólo crecemos para nosotros, sino también para los demás.

El desarrollo personal está relacionado con nuestro desarrollo general en términos de carreras, comportamiento, estado físico y estilo de vida. Este proceso nos permite reconocer cuáles son aquellas áreas de nuestra vida que necesita mejoras y crear la vía que nos llevará a alcanzar nuestras metas.  

Para lograr el desarrollo personal, es importante establecer un plan en el que definamos los objetivos principales, como: qué queremos lograr y hasta donde queremos llegar, siempre enfocándonos en los atributos que queremos desarrollar. El desarrollo personal arroja múltiples beneficios entre ellos: conocernos a nosotros mismos, nos permite establecer objetivos específicos, nos hace sentirnos más motivados y nos permite encontrar ese equilibrio entre lo personal y profesional.

En conclusión, tanto la superación personal como el desarrollo personal, nos van a permitir adquirir herramientas que nos ayudarán a mejorar continuamente nuestra calidad de vida en todos los aspectos.

viernes, 26 de marzo de 2021

7 FRASES PARA TU CRECIMIENTO PERSONAL

 



1.- Sé el cambio que quieres ver en el mundo

Esta frase es de Mahatma Gandhi, el gran pensador, pacifista y político hindú, es uno de los personajes que más ha influenciado a las buenas personas de la sociedad moderna, nos hace reflexionar sobre el cambio en la vida con cada una de sus frases.

En primer lugar, esta frase hace referencia a que debes tomar total responsabilidad de tu vida para poder cambiar y en segundo lugar que debes poner en práctica lo que predices actuando siempre desde la buena fe. El ser humano, no es un ser pasivo, ni un espectador frente a los cambios. Es decir, con nuestros actos cambiamos nuestro alrededor. Con esta frase Gandhi, hace referencia a la importancia de la convivencia para crear un mundo mejor.

2. El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro (John F. Kennedy)

Esta frase del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América John F. Kennedy, nos hace ver que el cambio es inevitable en el ser humano y que nada es para siempre. Por ello, no hay que quedarse estancado en el pasado, sino que hay que mirar hacia delante para seguir creciendo. Aquí entra la importancia de cerrar ciclos y dejar las cosas fluir para aprender de los fracasos y los errores, debido a que los cambios son eminentes en la vida y el crecimiento personal, cosa que no podemos evitar.

3. El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos (Arthur Schopenhauer)

Esta frase pertenece al célebre filósofo y pensador alemán Arthur Schopenhauer, hace referencia que en la vida vas a encontrar distintos caminos y diferentes opciones, lo que haré que viajes de un lado a otro, sin que puedas tener un control de las infinitas variables que te condicionan. En el camino es posible que te consigas con obstáculos y dificultades, eso no lo vas a poder evitar, pero aun así vas a tener el poder de superarlos porque tienes el libre albedrío de decidir si quieres quedarte donde estás o avanzar hacia tu superación personal.

4. Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá (Harold Macmillan)

Esta frase la expresó el antiguo primer ministro británico Harold Macmillan, y tiene el mismo sentido que la frase anterior, no debemos quedarnos estancados en el pasado, sino que el pasado nos sirva de experiencia para seguir creciendo y superándonos. El pasado debe servirnos solo como referencia y utilizarlo para desarrollar nuestras potencialidades y lograr una mejor versión de nosotros mismos.

5. El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo (Winston Churchill)

El primer ministro británico, Winston Churchill, es el autor de ésta célebre frase, la cual nos hace ver que la actitud con la que afrontamos los fracasos va a ser crucial para nuestro éxito en el desarrollo personal y la superación de los fracasos que se nos presente a lo largo de nuestra vida.  Ver los fracasos como aprendizaje en la vida nos permitirá fortalecernos para continuar evolucionando.

6. Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos (Friedrich Nietzsche)

Friederich Nietzsche, es uno de los filósofos más extravagantes y reconocidos de la historia de la humanidad. Cuando encuentras e internalizas tu verdadero propósito en la vida vas a poder superar cualquier obstáculo o dificultad que se te presente. Si estás consciente de tus verdaderas emociones en la vida, te convertirás en una persona más equilibrada emocionalmente y por supuesto más resistente a las adversidades, esta es una de las bases para la resiliencia.

7. En nuestra lucha por la libertad, sólo poseemos como única arma la verdad (Dalai Lama)

Esta frase es del Dalai Lama, un líder espiritual budista. Si lo que quieres es crecer como ser humano, necesitas ser una persona libre. Además, debes ser sincero y honesto contigo mismo y con los demás. Los valores como la integridad y honradez son cualidades indispensables para el desarrollo personal. La verdad es incómoda y duele en ocasiones, pero es lo más importante del auténtico ser humano.


"No, mires el pasado como tu peor enemigo, todo lo contrario,  agradécele todo lo que vivieron juntos"

Norys Zerpa

martes, 23 de marzo de 2021

LOS HÁBITOS Y EL CAMBIO DE VIDA

 





Con frecuencia solemos leer diversidad de artículos relacionados con los hábitos y el cambio de vida, variando cada uno en la cantidad que debemos adoptar para lograr ese cambio. Particularmente, difiero en cuanto a la cantidad exagerada que algunos mencionan y lo hago porque cada quien adoptará hábitos en su vida de acuerdo a los cambios que quiera obtener. Teniendo claro que los hábitos nocivos traen consecuencias negativas en nuestra salud física, mental, emocional y/o social. 

Lo importante es aprender a formar mejores hábitos en nuestra vida. Es por ello, que lo ideal sería crear hábitos en cada una de nuestras dimensiones (física, emocional/social/ espiritual y cognitiva) para mantener un equilibrio. No, hace falta grandes cambios para lograr una vida plena y saludable.

La inclusión de buenos hábitos en nuestra vida, únicamente dependerá de nosotros, ninguno adoptará hábitos que otro le aconseje. El cambio de hábitos inicia en nuestra mente y para ello debemos tener fuerza de voluntad para mantenerlos.  

En nuestro día a día tenemos hábitos que realizamos casi de manera automática…ejemplo: Apagar la luz antes de dormir. Estas acciones que repetimos de forma mecánica quedan grabadas en nuestra rutina y por ello no requieren que le prestemos atención o esfuerzo para llevarlas a cabo.

Pero, también existen aquellas actividades que son nuevas para nosotros y requiere de mucha motivación y esfuerzo para ejecutarla. La ventaja del hábito es que se automatiza y lo realizamos sin esfuerzo. Asimismo, vamos incorporando algunos hábitos en nuestro estilo de vida que probablemente no sean saludables y los repetimos una y otra vez a pesar de que perjudiquen nuestro bienestar.

Lo importante es identificar aquellos hábitos que sabemos nos están afectando e ir incorporando poco a poco aquellos que verdaderamente nos van a llenar como persona. Disfrutar de lo que hacemos, es un hábito único y exclusivo. Crea el hábito de quererte, de consentirte, de hacer ejercicios, comer sano, escuchar buena música, leer un buen libro, disfrutar de un atardecer a la orilla del mar…son muchos los hábitos que podemos incluir en nuestra vida sin necesidad de que alguien nos lo diga. 

Mis hábitos son diferentes a los tuyos y así sucesivamente, lo único que tenemos en común es que como seres humanos necesitamos del aire, el agua, los alimentos y relacionarnos con otros seres vivos para sobrevivir.

Mi recomendación es crear el compromiso, porque el hecho de elegir el hábito que quieres adoptar ya es un avance y el inicio de un gran cambio en tu vida, pero lo que realmente va a marcar la diferencia es el compromiso que hagas contigo mismo para mantenerlo.

Nunca podrás cambiar tu vida hasta que no cambies aquello que haces diariamente.

El secreto de tu éxito se basa en tu rutina diaria.

John C. Maxwell

 


CAMBIA TU VIDA

 





Quizás en varias oportunidades te has planteado cambiar de vida, pero no sabes por dónde empezar.

Pero, si te pones a analizar en frío de todo lo que te rodea en éste momento, te darás cuenta que nada es idéntico y es precisamente porque todo está en constante movimiento. Quizás has tenido algunos cambios y por ser tan pequeños no te percatas de ellos o tal vez estés demasiado ocupado para notarlos.

Sin embargo, estos pequeños cambios no serán suficientes y vas a sentir la necesidad de una transformación radical.   

En este sentido, son muchas las razones que llevan a las personas a desear darle un cambio radical a su vida, debido a que se va a encontrar con múltiples razones para hacerlo. La crisis personal, se ha tornado en el foco principal para que muchas personas deseen un cambio en su vida.

Las malas experiencias, la insatisfacción y la falta de atención se han convertido en detonantes para que éstas no le encuentren sentido a su vida y quieran darle un giro para sentirse vivos, seguros y felices. Las crisis en las parejas son el vivo reflejo para que muchos deseen un cambio de vida, debido a que la monotonía o rutina se ha apoderado de la relación, tolerando al aburrimiento y desinterés.

Pero, en otras ocasiones el deseo de cambiar de vida no deriva de la carencia, sino de la necesidad de potenciar determinadas capacidades o simplemente descubrir nuevos horizontes. Estos casos se encuentran con frecuencia en el ámbito laboral, cuando la persona se siente preparada para enfrentar nuevos retos que marquen su vida profesional.

No obstante, algunas veces el deseo de cambiar de vida no se origina en el interior, sino a circunstancias externas que aceleran el proceso llevando a la persona a realizar una transformación radical. Por ejemplo: Una experiencia traumática, problemas económicos, una enfermedad grave, entre otras.

Es importante, saber que un cambio radical no es siempre lo que realmente se necesita, porque cuando a algunas personas las cosas no le van del todo bien piensan “necesito un cambio en mi vida”, sin darse cuenta que hacer cambios es bueno, pero no siempre hay que cambiar de vida radicalmente, precisamente porque el cambio no significa que desaparecerán todas las dificultades.

No importa el tipo de problema que se presente, pero la desilusión es tan grande que la persona pierde la perspectiva y procura solucionar un conflicto puntual reformando su vida, sin darse cuenta que estos cambios son tan significativos y tienen tantas implicaciones que finalmente la persona se deja vencer y no cambia.

Cuando se cambia por cambiar, no se está haciendo nada, esto es como cambiar de vaso cuando el problema radica en el agua. Es por ello, que los cambios drásticos no sólo no eliminan los problemas, sino que pueden ocasionar nuevas dificultades. Esto se debe a que seguramente tú eres parte del problema y para solucionarlo no basta con cambiar de ciudad, de trabajo o de tu círculo de amistades, sino realizar un cambio desde el interior mucho más profundo para tomar mejores decisiones.

Ante situaciones como ésta, lo más recomendable es analizar con calma la situación y planificar el cambio gradualmente para que puedas sentirte seguro y cómodo.

En este sentido, una herramienta terapéutica que te puede ayudar mucho es el coaching.

martes, 2 de marzo de 2021

EL ARTE DE SUPONER



La suposición consiste cuando damos por cierto algo a partir de una serie de deducciones o conjeturas. Perdemos parte de nuestro valioso tiempo haciendo suposiciones y atormentando nuestro celebro con situaciones incómodas cuya solución depende de una simple pregunta.

Pero, qué pasa cuándo suponemos?. El ser humano, por su naturaleza necesita sentirse emocionalmente seguro y por ello crea una sensación de seguridad a través de diferentes medios y mecanismos, siendo uno de ellos la suposición. Suponer es algo que hacemos con mucha frecuencia, me atrevería a decir que constantemente.  Pasamos prácticamente parte de nuestra vida suponiendo, creyendo o imaginando. Tanto es así, que nuestras suposiciones se convierten en verdad, ocasionando discusiones y peleas innecesarias que afectan las relaciones interpersonales. 

Nos vamos más allá de los acontecimientos y hasta suponemos cómo piensan  los demás, qué hacen, cómo van a actuar y hasta llegamos a tomar la situación como una cuestión personal. Generalmente, cuando hacemos suposiciones nos estamos buscando problemas. Suponemos, malinterpretamos, personalizamos y magnificamos la situación sin ninguna necesidad. Convertimos un grano de arena en una montaña. 

Es mucho más fácil suponer que interrogar al otro o a nosotros mismos. Es por ello, que las suposiciones se multiplican, complicando enormemente la comunicación. Así mismo, obviamos las preguntas por temor a confundirnos y no preguntar lo correcto. Parte de nuestra educación es responsable de todo esto, “suponiendo” que hacer preguntas puede resultar peligroso y acostumbrándonos a suponer en vez de preguntar.   

Por lo tanto, hay que preguntar siempre y asegurarnos que las cosas queden claras, teniendo presente que no conocemos todo de la situación, porque cada quien tiene su punto de vista con sus respectivas preferencias. No hay que dar nada por hecho, hasta que tengamos la respuesta correcta. Nos acostumbramos a hacer suposiciones; sin embargo, esto no es necesario, porque el día que logremos no hacerlas habremos aprendido otra forma de comunicarnos y destacando así la claridad de nuestras palabras. 

Las suposiciones son la base fundamental de los problemas en las relaciones interpersonales. Recordemos, que los pensamientos negativos son nuestro peor enemigo. Por ello, cuando suponemos nos estamos haciendo daño a nosotros mismos.

Hace tiempo, una amiga me comentaba, que estaba súper apenada con su esposo, porque suponía que le estaba siendo infiel.  Mi amiga, es una persona increíble a quien conozco desde la secundaria y su esposo también es mi amigo. Ambos se casaron muy jóvenes. Era la parejita motivo de envidia de la universidad. Actualmente, tienen una hija. Ella a pesar de tener estudios universitarios se consagró a su casa. Pero, desde niña se dedicó a aprender corte y confección, esto la hizo acreedora de buena clientela conllevándola a que instalara su taller al lado de su residencia. Su esposo, por el contrario, ocupa un cargo importante en una reconocida empresa y tiene otro circulo de amistades. Las llegadas tardes a casa, las excusas frecuentes, horarios de trabajo los fines de semana, fueron detonantes para que ella comenzara a suponer que su esposo le estaba engañando, convirtiendo su relación en un caos. Le escuché detenidamente todo su relato, entre llanto y risas me dice que todo lo que hacía su esposo era porque estaba preparándole un local en un centro comercial cercano, para darle la sorpresa el día de su cumpleaños... 

Entonces, dejemos de suponer…!