La suposición consiste cuando damos por cierto algo a partir de una serie de deducciones o conjeturas. Perdemos parte de nuestro valioso tiempo haciendo suposiciones y atormentando nuestro celebro con situaciones incómodas cuya solución depende de una simple pregunta.
Pero, qué pasa cuándo suponemos?. El ser humano, por su naturaleza necesita sentirse emocionalmente seguro y por ello crea una sensación de seguridad a través de diferentes medios y mecanismos, siendo uno de ellos la suposición. Suponer es algo que hacemos con mucha frecuencia, me atrevería a decir que constantemente. Pasamos prácticamente parte de nuestra vida suponiendo, creyendo o imaginando. Tanto es así, que nuestras suposiciones se convierten en verdad, ocasionando discusiones y peleas innecesarias que afectan las relaciones interpersonales.
Nos vamos más allá de los acontecimientos y hasta suponemos cómo piensan los demás, qué hacen, cómo van a actuar y hasta llegamos a tomar la situación como una cuestión personal. Generalmente, cuando hacemos suposiciones nos estamos buscando problemas. Suponemos, malinterpretamos, personalizamos y magnificamos la situación sin ninguna necesidad. Convertimos un grano de arena en una montaña.
Es mucho más fácil suponer que interrogar al otro o a nosotros mismos. Es por ello, que las suposiciones se multiplican, complicando enormemente la comunicación. Así mismo, obviamos las preguntas por temor a confundirnos y no preguntar lo correcto. Parte de nuestra educación es responsable de todo esto, “suponiendo” que hacer preguntas puede resultar peligroso y acostumbrándonos a suponer en vez de preguntar.
Por lo tanto, hay que preguntar siempre y asegurarnos que las cosas queden claras, teniendo presente que no conocemos todo de la situación, porque cada quien tiene su punto de vista con sus respectivas preferencias. No hay que dar nada por hecho, hasta que tengamos la respuesta correcta. Nos acostumbramos a hacer suposiciones; sin embargo, esto no es necesario, porque el día que logremos no hacerlas habremos aprendido otra forma de comunicarnos y destacando así la claridad de nuestras palabras.
Las suposiciones son la base fundamental de los problemas en las relaciones interpersonales. Recordemos, que los pensamientos negativos son nuestro peor enemigo. Por ello, cuando suponemos nos estamos haciendo daño a nosotros mismos.
Hace tiempo, una amiga me comentaba, que estaba súper apenada con su esposo, porque suponía que le estaba siendo infiel. Mi amiga, es una persona increíble a quien conozco desde la secundaria y su esposo también es mi amigo. Ambos se casaron muy jóvenes. Era la parejita motivo de envidia de la universidad. Actualmente, tienen una hija. Ella a pesar de tener estudios universitarios se consagró a su casa. Pero, desde niña se dedicó a aprender corte y confección, esto la hizo acreedora de buena clientela conllevándola a que instalara su taller al lado de su residencia. Su esposo, por el contrario, ocupa un cargo importante en una reconocida empresa y tiene otro circulo de amistades. Las llegadas tardes a casa, las excusas frecuentes, horarios de trabajo los fines de semana, fueron detonantes para que ella comenzara a suponer que su esposo le estaba engañando, convirtiendo su relación en un caos. Le escuché detenidamente todo su relato, entre llanto y risas me dice que todo lo que hacía su esposo era porque estaba preparándole un local en un centro comercial cercano, para darle la sorpresa el día de su cumpleaños...
Entonces, dejemos de suponer…!
0 comentarios: