jueves, 29 de abril de 2021

¿CÓMO ADOPTAR UNA ACTITUD POSITIVA?




La actitud, es el comportamiento que emplea una persona frente a la vida. Es decir, aquello que describe la conducta de alguien o su disposición para actuar. También,  engloba  aquellos  fenómenos   psíquicos sobre los que tenemos libertad y que nos sirven para afrontar los diversos desafíos que se nos presentan en la vida.

Existen habilidades que nos ayudan a desenvolvernos frente a las exigencias del contexto y ésta se denomina actitud positiva, donde la persona hace uso de aquellos recursos que posee para solucionar sus problemas y dificultades. Las personas con actitud positiva se enfocan en aquello que posee en lugar de lo que carecen. La actitud positiva tiene injerencia en la salud psíquica fomentando sentimientos que provocan bienestar y tranquilidad.

Por el contrario, la actitud negativa es fuente permanente de sufrimientos y sentimientos pesimistas. En general, las personas cuando sufren depresión adoptan éste tipo de actitud frente a la vida. 

Este tipo de personas enfocan su atención en todo aquello que carece y necesita: salud, dinero, amor; por más justificadas que puedan ser éstas aspiraciones, apuntarse en las carencias no nos conducirá a eliminarlas, sino que pueden ocasionarnos otras.

Por otra parte, también está la actitud neutra, un tipo de actitud poco frecuente y suele ser propia de personas que pretenden ser imparciales en sus juicios.

Esta es una de las posibles formas de clasificar las emociones a través de su valencia efectiva (positiva, negativa, neutra) en el sentido de cómo permiten valorar el entorno y la situación. 

Sin embargo, es importante conocer sus funciones:

Daniel Katz, definió varias funciones que las actitudes cumplen en nuestras vidas:

Función de defensa del yo: Se basa en la autoconservacion, protegen al individuo contra lo desagradable, contra bloqueos y frustraciones. Pueden proteger a una persona de pensamientos negativos sobre sí misma para proyectarlos hacia otra persona. Esta función se pone en alerta cuando la autoestima se ve amenazada. 

Función de expresión de la identidad o autorrealización expresiva: Permite al individuo la expresión de su propia identidad, sus valores, sentimientos y convicciones, permite la autorealización. Al expresar nuestras actitudes construimos positivamente nuestro autoconcepto, lo cual se traduce en un aumento de nuestra autoestima.

Función instrumental o adaptativa: Permite obtener las necesidades del individuo; conseguir los fines buscados. Simplemente nos acercamos a las cosas que nos satisfacen y nos alejamos de las cosas que nos desagradan.

Función del conocimiento: Explican la realidad de los hechos. Sirve para organizar y estructurar diferentes aspectos del mundo social. Nos ayudan a comprender nuestro entorno, darle significado a lo que hacemos y diferenciar entre lo beneficioso o dañino.

Ahora bien, conociendo el significado de la actitud de acuerdo a su valencia y las funciones que cumple… ¿cuál actitud adoptarías?...

Estoy convencida que es la actitud positiva, porque:

Te ayudará a buscarle sentido a las diferentes situaciones y a ponerle color y alegría a tu vida.  La actitud positiva, no significa dejar de ser realista, debido a que las cosas que quieres o necesitas no las tendrás como por arte de magia, tienes que trabajar para alcanzarlas, porque la buena voluntad o pensar en positivo no es efectivo si no actúas. 

Además, el pensamiento positivo busca los mejores resultados de las peores situaciones. Siempre es posible encontrar algo bueno en todo. Espera siempre lo mejor para ti, aunque las cosas se vean mal a tu alrededor.

Cuenta con que uno de los elementos que más te ayudarán a mantener una actitud positiva: agradecer  todo lo bueno que te ha pasado.

Y, porque las malas experiencias son oportunidades que nos brinda la vida con el propósito de demostrarnos que cada día podemos superarnos a nosotros mismos y enfrentar los retos que nos plantea. Valora tu vida y sácale el mejor provecho.

Si, por el contrario, te has dado cuenta que estás cansado de tener una actitud negativa, los consejos anteriores te ayudarán a mejorarla. La vida es un viaje sin retorno y cada segundo cuenta; por ello, es nuestra decisión aprovecharla o desperdiciarla.  

Te invito a disfrutar el viaje enfrentando los obstáculos y disfrutando de todo aquello que te haga feliz. 

Tener una actitud positiva será esencial para lograr tu cambio.


martes, 13 de abril de 2021

LO IMPORTANTE DE LOS RECUERDOS




Nuestros recuerdos forman parte de lo que somos, de lo que nos permitió tomar las decisiones que tomamos, actuar como actuamos y sobre todo amar como amamos. No seríamos nada sin nuestros recuerdos. Ellos nos permiten volver a vivir y aflorar en nosotros las distintas emociones que nos ocasionaron alegrías, tristezas, rabias, ira y desilusiones. 

Podemos recordar  maravillosos instantes vividos en el pasado, recrearnos en ellos y disfrutar aquellas vivencias, pero también podemos memorizar momentos terribles, desagradables y traumáticos, lo que nos conecta con una experiencia emocional desagradable.

Por ello, gestionar las emociones que los recuerdos pueden ocasionar en nosotros es un aprendizaje fundamental, debido a que nos permitirá, dejar atrás aquello que no se puede cambiar. Esas mismas emociones, también nos han servido como experiencia para crecer como personas y seguir avanzando en la vida. 

No obstante, no podemos recordarlo todo, y esto lo comprobamos cuando algún conocido nos pregunta, por ejemplo: ¿recuerdas aquella vez cuando salimos del examen de matemáticas y yo estaba tan triste, que me invitaste a un café en la panadería que quedaba en la esquina Madrid? Si no lo recordamos inmediatamente, comenzamos a echar la vista hacia atrás y buscamos en nuestra memoria ese día. 

¿Por qué no recordamos algunos momentos? 

La respuesta es simple, la memoria es selectiva, por eso recordamos sólo lo más significativo para nosotros. Los momentos que han marcado tu vida, serán los que recuerdes con alegría, tristeza, rabia, rencor, resentimiento, frustración, entre otros. 

Por otra parte, la infancia es la etapa que une a todas las épocas, porque no importa en cual  hayas nacido, para tener experiencias maravillosas o tal vez otras no tan buenas, pero que también te marcan y definen. 

La infancia es una etapa única y está llena de aprendizajes y recuerdos, donde la familia, los amigos, los sueños, el colegio y la imaginación tuvieron un papel esencial. 

Colecciona recuerdos...¡¡¡

Así pues, seamos coleccionistas de recuerdos, ésta es la mejor manera de ver nuestro crecimiento y desarrollo a lo largo de nuestra vida. Ellos nos servirán para alegrar nuestros días, para darnos cuenta que lo sucedido en cierta etapa no fue más que una herramienta de aprendizaje. 

Pensemos y sentémonos a reír de aquellas anécdotas, que en su momento nos hicieron llorar y te darás cuenta que con el tiempo se convirtieron en un chiste de mal gusto. Recordar el primer novio o novia, ¿quién no lo recuerda?…es imposible no hacerlo, porque esa es una experiencia inolvidable. El nacimiento de tus hijos, el día de tu boda, entre otros, son recuerdos que se quedan impregnados en tu vida por siempre.

Esa amiga con quien solíamos escaparnos y hacer travesuras, las salidas a ciertos lugares sin autorización de nuestros padres, en fin, son muchos los recuerdos bonitos que conservamos y son esos precisamente los que nos llenan de gozo. Empero, no todo en la vida es bonito, siempre existen esos momentos que no deseamos recordar por nada  y que nos marcaron para siempre. 

La pérdida de un ser querido, es un recuerdo que marcará la historia de cualquier persona. Sin embargo, tenemos que aceptar que existen situaciones que no podemos cambiar, debido a que todo inicia, se desarrolla y termina. 

Nuestra mente es traicionera, porque ella nos lleva a donde quiere, los pensamientos negativos los asociamos con recuerdos no gratos; no obstante, estos mismos recuerdos fueron piezas claves en nuestra vida, porque si los memorizamos un poco, nos daremos cuenta de que lo sucedido nos sirvió para vencer obstáculos y estar donde estamos. 

Todo en la vida tiene su razón de ser, por ello, tenemos que agradecer lo bueno y lo malo que nos ha sucedido, porque esas vivencias traen consigo lo que necesitamos para continuar nuestro viaje. 

Tanto los recuerdos gratos como los traumáticos, permanecerán en nuestra memoria, motivado a que nos marcaron de alguna manera y está en nosotros decidir qué hacer con aquellos que nos perturban o atormentan. Lo que nos hace daño, debemos soltarlo, decirle adiós y agradecerle su llegada. Atesoremos todos esos recuerdos que nos hacen erizar la piel de felicidad, esos que cuando los recordamos sentimos que estamos nuevamente en ese sitio disfrutando de lo que hicimos. 

La vida nos brinda infinitas oportunidades, y sólo con los recuerdos podemos darnos cuenta donde estuvimos y donde estamos. Nuestro viaje, está organizado cronológicamente. Cada etapa de nuestra vida tiene su historia y sus recuerdos. Y, esto lo podemos apreciar cuando nos sentamos a ver fotos desde cuando éramos niños. 

Son muchos los recuerdos que las fotos nos hacen revivir. Igualmente, nos han permitido conocer a familiares que ya no están con nosotros. Y, esa simple foto en blanco y negro, que todavía nuestros abuelos o padres conservan con tanto amor, nos lleva a la época de nuestros orígenes.  

Sin embargo, las fotografías no son fuente exclusiva de recuerdos, porque en ocasiones no hace falta tenerlas para recordar los momentos que marcaron nuestra historia en el viaje de la VIDA.  Tenemos la mejor videocámara: la memoria...esa nos hace el recorrido completo con lujos y detalles. 

Particularmente, no conservo foto del nacimiento de mi primera hija, imagínate. Sin embargo, mi memoria conserva ese recuerdo intacto. Sucede que mi hija vino al mundo en un Centro de Salud  y no permitían la entrada de ningún familiar a la sala de parto. Mi ingreso fue un poco traumático. 

Me encontré con muchas mujeres en un pasillo que estaban en trabajo de parto,  unas lloraban, otras gritaban, en fin, me tocó colocarme mis dedos dentro de los oídos para no escuchar tantas cosas. 

Tenía una condición que me ponía en desventaja en comparación con las demás: mi barriga era muy pequeña y como no llamaba la atención, las enfermeras pasaban y me ignoraban. Aunado a ello, estaba tranquila aguantando mi dolor, pero llegó el momento que ya no lo soportaba. Tenía 12 horas en el centro asistencial. Al fin, una enfermera se compadeció de mí y me asistió. Mi hija ya estaba a punto de nacer, lo podía sentir porque casi no podía caminar. La enfermera me tomó del brazo y me llevó a la sala de parto ayudándome a subir en la cama. 

En ese momento ingresa un doctor y ella le comenta todo lo que me está sucediendo y él le responde que lo sentía mucho, pero que su turno ya había terminado.

Por mi mente pasaron mil cosas, entré en pánico, los nervios me traicionaron y temblaba mucho. Mientras la enfermera salía a pedir ayuda, tuve que tomar el control y ayudar a mi hija a venir al mundo. ¡Yo, traje a mi hija al mundo¡...eso me lo repetía una y otra vez. 

La posé sobre mi pecho y contemplando su carita  me decía: no me la van a poder cambiar porque es igualita a su papá...después de eso estuve inconsciente por mucho rato y cuando desperté ya estaba en la habitación. De inmediato pregunté por mi niña y al verla me puse a llorar por la emoción y el amor que sentía al ver ese pedacito de mí, entre mis brazos...¡¡¡

Este recuerdo, a pesar de lo traumático que pudo ser en su momento, forma parte de uno de los episodios más hermosos de mi vida.


Controla tus emociones, acepta todo lo vivido y continúa el viaje hasta que el tren se detenga en tu última parada.

Aunque parezca cosa de juegos...coleccionar recuerdos es lo máximo







lunes, 5 de abril de 2021

¿CÓMO VIVIR ALINEADO A NUESTROS VALORES?





Cuando nacemos no somos ni buenos ni malos, porque desconocemos las normas que rigen a la familia y a la sociedad. Simplemente, el paso del tiempo será el que se encargará de ir desarrollando nuestra conciencia ética. No obstante, necesitamos de la ayuda de nuestros padres porque no venidos con un dispositivo incorporado que nos digan si nuestros actos son correctos o no lo son, lo que está bien o lo que está mal. Por ello, es importante que nos enseñen los valores cívicos que nos permitan desarrollarnos y convivir en una sociedad plural.

Existen valores fundamentales que todos debemos asumir para poder convivir unos con otros y que son importantes tener siempre presente para no salir perjudicados. 

Ahora bien, Todos conocemos el significado de la palabra valores, pero lo esencial está en poner en práctica el enunciado de la misma. 

¿Qué son los valores? 

Sabemos que son importantes en nuestra vida, pero nos cuesta mucho hablar de ellos y mucho más ponerlos en práctica en algunas oportunidades.

En el libro de Coaching por Valores, del profesor Simon Dolan, catedrático en Dirección de Recursos Humanos, nos plantea lo siguiente:

 “Los valores son palabras cargadas de significado. Cuando se clasifican y traducen en conductas concretas, en consonancia con nuestros objetivos y compartidos con las personas que nos importan, se convierten en potentes herramientas que nos guían hacia el éxito en la vida de los negocios y el negocio de la vida”. 

Por otra parte, el Psicólogo Milton Rokeach en su libro The nature of human values:

 “Valor es la creencia perdurable de que una forma concreta de conducta o estado final de la existencia es personal o socialmente preferible al modo opuesto o converso de conducta o estado final de la existencia. Sistema de valores es una organización perdurable de creencias sobre los modos preferibles de conducta”

Estas definiciones académicas tal vez sean difíciles de memorizar, porque cada quien tiene un concepto de lo que son los valores y cómo influyen en la vida personal y profesional. 

Considero que los valores, es la conducta o comportamiento que ponemos en práctica en los diferentes roles que desempeño en nuestra vida y que nos permiten vivir bien con nosotros mismos y con los demás.

Lo que debemos tener claro es que existen valores individuales y otros compartidos por la sociedad.  Éstos últimos establecen conductas y comportamiento que debemos acatar para lograr el bienestar colectivo. Ejemplo de ello, son las normas de convivencia que debemos cumplir en nuestro condominio. 

Existe una lista inmensa de valores y cada quien se inclinará y pondrá en práctica aquel que considere es esencial para lograr sus objetivos. Los valores no son buenos o malos, simplemente cada quien es educado en valores, por la familia, la escuela y la experiencia.

La transmisión de valores tanto en la familia como en la escuela son fundamentales, debido  a que  la época y la sociedad requieren de una educación en valores que sea capaz de formar ciudadanos íntegros con plena capacidad para enfrentar con actitud crítica una realidad compleja, diversa y cambiante. 

Pero, cuando se habla de educar en valores, afloran las siguientes interrogantes: ¿con los valores de qué o de quién? ¿De los padres, de los educadores o de la sociedad?

¿Conoces a plenitud cuáles son esos valores por los que te educaron? ¿Te has educado a ti mismo en tus propios valores, concuerdan con tu realidad? ¿Vives conforme a ellos?

Lo que sí está claro es, que los valores son esos que siempre escuchamos que debemos tener, porque hemos sido educados en ellos y que de una u otra manera los tenemos como un catálogo que siempre debemos revisar para saber si lo que hacemos está bien o mal. 

Prácticamente, todos hemos sido educados en el respeto, la tolerancia, la generosidad, la solidaridad, entre otros, pero realmente son estos valores con los que me identifico o son simplemente los que he asumido porque nunca nos hemos planteado algo diferente.

Por consiguiente, nuestros valores fundamentales deben estar vinculados con lo que hacemos. Vamos a un caso específico, como empleados de una empresa,  pudiera darse el caso de que nos asignen actividades que van en contra de nuestros valores, ésta situación nos coloca en un estado de discrepancia interior frustrante lo que nos hace sentir mal.

Los valores son la esencia de la vida, ellos nos hablan y nos guían hacia donde queremos llegar y lo más importante los podemos mejorar a lo largo de nuestra vida, debido a que nos ayudan a enfocarnos en lo que necesitamos en cada situación para seguir avanzando.

Un valor que no puedo pasar por alto, es el valor de la actitud, porque la actitud de las personas marcará la diferencia de manera decisiva en todo lo que hagamos. Todos podemos tener conocimientos y experiencias propias o ajenas, pero es la actitud de las personas lo que marca la diferencia.

Finalmente, el propósito de éste artículo es poder ayudarte a detectar cuáles son esos principios o valores que te ayudaran en tu mejoramiento personal y profesional para que puedas vivir alineados a ellos.