La pregunta que ha destruido más sueños, que cualquier otra cosa en el mundo.
A todos nos gusta caer bien y ser aceptados por los demás, pero muchos gastan demasiado tiempo y energía intentando gustar a otros.
Estamos tan condicionados y reprimidos por creencias, paradigmas y etiquetas erradas de cómo debemos actuar y comportarnos ante familiares, amigos o nuestro entorno laboral, que nos olvidamos de ser nosotros mismos.
Sin embargo, debes estar consciente y ubicarte en los roles que desempeñas. La conducta que tienes en tu sitio de laboral nunca será igual al que tienes en tu casa. En el sitio de trabajo debes cumplir con ciertos patrones de conductas y políticas de la empresa, que culminará creando tu imagen corporativa. No obstante, sigues siendo tú.
Buscar la aprobación de los demás en nuestras vida personal y laboral no es inusual. Pero, en una época en la que vivimos gran parte de nuestras vidas en línea, la aprobación de los demás es cada vez más relevante.
Sin importar, lo que digan o piensen los demás, es tu vida y la vivirás a tu manera. Si, piensas en los demás nunca serás tú mismo (a), siempre serás un reflejo de los demás. Muchas veces el querer ser aceptados, hace que te conviertas hasta en un desconocido, he aquí el gran detalle. El miedo a ser rechazado hace que finjas ser quien no eres.
Y tú, ¿eres de los que se preocupan por el qué dirán?
A ciencia cierta, a veces sí, más cuando causa ansiedad o aflicción. La mayoría de las figuras públicas viven y se alimentan de las opiniones de los demás. Las redes sociales exigen que en cada momento se emitan opinión de lo que los otros suben y, por supuesto que todos opinen sobre nosotros.
Cuando intentas proyectar una imagen perfecta, estás desperdiciando lo mejor de ti, tu esencia. En el momento que te aceptes tal y como eres, dejará de importarte lo que digan o piensen los demás.
Somos los únicos responsables de cuidar y pulir nuestra obra de arte: La vida
No hay nada más seductor que una persona que se muestra totalmente en sintonía consigo misma, y que vive la vida tal y como le gustaría vivirla.
Con frecuencia nos cuesta entendernos a nosotros mismos, pero nos aventuramos valientes a descubrir el sentir ajeno. No se puede tener ningún tipo de certeza de lo que otros sienten.
Igualmente, no podemos saber lo que han vivido y lo que han aprendido o no. Por lo tanto, no deberíamos darle importancia a lo que los demás dicen o piensen de nosotros, pues sus palabras obedecen a una realidad ficticia que su mente ha creado con el propósito de saberlo todo sobre nuestra vida.
Así pues, no puedes controlar lo que los demás piensen de ti, porque cada persona es un mundo, con sus experiencias, sus pensamientos y sus gustos. Por ello, es imposible agradar a todo el mundo, porque no puedes encajar en el parámetro de todas las personas.
No tienes el control sobre lo que piensan o dicen de ti, pero si puedes controlar el camino que tú quieres seguir y lo que te vas a llevar contigo.
Entra en sintonía contigo mismo y verás como todo cambia.
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