jueves, 22 de julio de 2021

CAMBIA LAS QUEJAS POR GRATITUD





"Sé agradecido por lo que tienes mientras persigues tus objetivos. Si no estás agradecido por lo que tienes, ¿qué te hace pensar que serías feliz con más?
Roy T. Bennett



Cambiar las quejas por gratitud no tiene precio, es lo máximo. Gratitud, palabra sin límites. Ser agradecido es lo mejor que podemos hacer en nuestra vida.

Agradecer lo que tenemos, lo que no tenemos y lo que está por venir, debe ser nuestro lema.

Aunque parezca mentira, todos nos hemos quejado en algún momento, hasta los más felices lo han hecho. Sin embargo, existen personas que se quejan del sol, de la lluvia, del frío, del calor, del esposo, de los amigos, del polen de las flores porque les da alergias, en fin, se quejan de todo y por todo. Pasan la mayor parte de su vida quejándose y haciendo el papel de víctimas, sin darse cuenta que mientras más se quejan, más alejados están de alcanzar sus metas. 

Tenemos tanto que agradecer, que sí nos hacemos conscientes de eso, no nos quedaría tiempo para quejarnos. Es preciso que analicemos nuestras quejas, sobre todo porque la mayoría salen en piloto automático y necesitamos tomar el control. 

Piensa por un momento si has estado consciente cuando te quejas, difícilmente lo estés, es algo que se hace sin siquiera darnos cuenta y es precisamente por ello que debemos estar alertas.

En lo personal, considero que las quejas enferman y separan. Una persona que se queja constantemente tiende a convertir sus quejas en su estilo de vida y lo peor a victimizarse y echarle la culpa a los demás y/o a las circunstancias, nunca tienen culpa de nada. 

Pero, afortunadamente para este tipo de “enfermedad”, existe el antídoto perfecto: La gratitud.

Cuando comienzas a ver las bendiciones que recibes a diario poco a poco la queja va a salir de tu vocabulario. Piensa por un momento qué es lo que haces cuando recibes el pago por tu trabajo, acaso te quejas de lo poco que recibiste o por el contrario agradeces porque tienes trabajo y estás recibiendo dinero para pagar tus compromisos. 

En realidad, no sé qué decirte, lo único que sé es, que cuando dejas de quejarte por lo que recibes y comienzas a agradecer todo cambia y fluye.

Por otra parte, las quejas no sólo afectan tu relación con el dinero, sino que puede dañar tus relaciones con los demás. 

Por ejemplo, yo tenía una amiga que constantemente se quejaba por todo, era raro cuando no le escuchaba decir que le dolía algo…era impresionante su nivel de quejas. Cuando conversábamos, prácticamente quien hablaba era ella, no me daba chance de decir nada. Recuerdo que siempre me preguntaba que si a mí nunca me pasaba nada. Cuando lograba conversar sacaba toda mi armería positiva para ayudarle a que se sintiese mejor, pero era imposible, debido a que siempre buscaba la forma de seguir quejándose. 

Hubo momentos que cuando terminaba de conversar con ella estaba saturada de quejas y exhausta.  Esa situación me estresaba y llegó el momento que también comencé a quejarme, porque, aunque no lo creas, las quejas son contagiosas. Con el tiempo la situación fue empeorando y decidí alejarme de ella, fue la única manera de liberarme de las quejas de mi amiga.

Ahora bien, ¿Qué sucede cuando eres tú quien te has quedado anclada en la actitud negativa?  En algún momento todas hemos experimentado esa situación, tal vez unas con menos tiempo que otras. Es que hay días que todo parece estar mal y quejarse es lo más agradable y fácil de hacer.

Es por ello, que es mucho más fácil quejarse y hacerse la víctima que enfrentar una situación. Ejemplo: Tomar la decisión de separarme de mi novio, o hablar con alguien para resolver un problema.

Pero, todo cambia cuando intentas ver las cosas desde otra perspectiva…¡

Finalmente, me gustaría recordar que no sólo las mujeres nos quejamos, los hombres también lo hacen a su manera. 

Así pues, a cambiar las quejas por gratitud. 


miércoles, 14 de julio de 2021

ABANDONANDO LAS QUEJAS  Y EXCUSAS

 

Foro Chat 100% online por la plataforma WhatsApp


Próxima fecha:  miércoles 21 de julio de 2021

Hora: Venezuela (6:00 PM)

Duración apróx. con sesión de preguntas : 1 hora y 45 min.


"Desde que se inventaron las excusas, se acabaron los pretextos". 

Esta frase la hemos escuchado muchas veces. Quejarte es lo peor que puedes hacer en tu vida. Las excusas nos impiden lograr una mejor calidad de vida.

Quejarse de todo y todos no sirve de nada, ni siquiera como excusa para tratar de justificar la incompetencia que no es más que la falta de entrenamiento. Una queja es un problema no resuelto. Cuando te quejas, te debilitas. 

Tenemos que ver las limitaciones como una ventaja para lograr el triunfo. Las excusas y pretextos nos llevan a convertirnos en conformistas. Debemos estar seguros de lo que vamos a hacer y probablemente en el camino podremos aprender más. 

En lugar de quejas, describe el problema  y procura  buscar una solución.

En éste Foro Chat aprenderás a determinar el conocimiento  y las habilidades que necesitas para lograr lo que quieres, tomando en cuenta que de los errores también se aprende. 


DÉJATE DE EXCUSAS Y LÁNZATE A VIVIR...

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sábado, 10 de julio de 2021

LIBÉRATE DE LOS ZAPATOS APRETADOS

 



¿Cuántas veces has caminado con zapatos apretados?

No, sé tú, pero a mí, me ha tocado caminar con ellos en varias oportunidades. 

Eso es horrible…¡¡¡

Recuerdo que cuando niña, esto se convertía en algo normal. En ocasiones me tocaba compartir con mis hermanas los zapatos escolares. Cuando eso sucedía no soportaba caminar, ese día para mí se convertía en una tortura, todo me dolía y lo peor: no podía decir nada. Lo cómico de la situación era que a algunas le quedaban grandes y a otras pequeños. No veía el momento de poder tener mis propios zapatos. 

Durante la clase no me levantada de mi asiento, muchas veces aguantaba las ganas de ir al baño para no caminar. Mis compañeros de clases cuando me veían caminando medio raro se burlaban y me decían cosas. Hubo momentos que hasta me pisaban los pies para hacerme sentir mal. A todas estas, aguantaba mi pena y mi dolor. 

Mi casa estaba bastante retirada del centro educativo y cuando sonaba el timbre anunciando el fin de la jornada escolar, mi corazón se alegraba y no veía el momento de encontrarme con mi mamá. Mi mamá, como buena conocedora de lo que pasaba, venía a mi encuentro y me traía mis sandalias de diario, viejitas pero sabrosas para caminar. Cuando me quitaba los zapatos, mis dedos estaban doblados y me dolían bárbaramente. 

El día que mi mamá no podía ir a mi encuentro, cruzaba las calles calzada, pero cuando ya sabía que nadie me vería me quitaba los zapatos y seguía mi ruta descalza. Para mí eso era lo máximo, libertad total, corría y cantaba. Estaba feliz porque ya mis pies se habían liberado del yugo. 

Un buen día se me ocurrió una idea loca y le dije a mi mamá que no me fuese a buscar al colegio porque me regresaría con uno de mis tíos. Todo era mentira. Me dije que la única manera de poder tener zapatos nuevos era botando los que me causaban tanto malestar. Estaba ansiosa por escuchar el timbre anunciando la retirada y cuando lo escuché fui la primera en salir, no me importó como caminaba ni quien se burlase de mí. No sé cómo corrí…pero iba a toda máquina.

No obstante, tuve que tomar otro trayecto que igual me conduciría hasta mi casa, debido a que sería la que me permitiría concretar mi idea. Cuando adentré al camino, lo primero que hice fue quitarme el zapato que más me molestaba y lo tiré hacia el bosque, seguidamente me quité el otro e hice la misma operación.  Por mi mente de niña pasaron muchas cosas, sabía que me castigarían por lo que había hecho; sin embargo, iba dispuesta a todo.

Cuando entré a la casa, mi mamá estaba en la cocina y sin darle tiempo a preguntas le dije: lancé los zapatos al bosque. La mirada de mi mamá me perturbó, pero para mi sorpresa, mi madre me abrazó y llorando me dijo: cálmate hijita, pronto tendrás tus propios zapatos que te quedaran a tu medida y podrás caminar sin sufrimiento.

Ahora te preguntarás, cuál es la moraleja de ésta historia.

Pues muy sencilla…Con el tiempo aprendí que:

En la vida hemos tenido algunos zapatos que nos han hecho sufrir. Sin embargo, caminamos con ellos fingiendo que nos quedan bien. Le buscamos la vuelta de mil maneras procurando que no nos molesten tanto, pero que va... Igual, siguen molestándonos y hasta soportamos el dolor algunas veces sin darnos cuenta, hasta que llega alguien y nos lo hace entender de alguna manera. 

Las relaciones tóxicas son como los zapatos apretados, hasta que no termines con ella seguirás sufriendo. Siempre te vas a encontrar con personas que molestarán tu vida, que no te aportarán nada productivo y que envidiarán tus proyectos, entre otras cosas. No obstante, saber reconocer ese zapato apretado será tu herramienta para liberarte de tus ataduras.

Muchas veces nos acostumbramos tanto a los zapatos apretados, que nos olvidamos de nuestra libertad y autonomía. Soportamos el sufrimiento para aparentar una vida plena y feliz, cuando en realidad ningún dolor se puede ocultar. 

El dolor físico es el que menos soportamos, por ello, es más fácil tirar el zapato que nos queda apretado al cesto o regalarlo, que liberarnos del sufrimiento interno. Este sufrimiento algunas veces se convierte en una forma de vida, sin importar el daño que cause. 

Particularmente, tuve tiempo usando zapatos apretados, en mi niñez por razones económicas y de adulta porque pensaba que nunca iba a encontrar unos zapatos que se ajustasen a mis pies. Hasta que un buen día, sucedió lo que tenía que suceder y logré liberarme de ese par de zapatos. Cuando lo hice me sentí otra persona, internamente se me habían secado todas las heridas y recordé aquel día cuando tiré los zapatos al bosque. Fue una sensación indescriptible. 

Así pues, te invito a no usar zapatos apretados porque no sólo dañaran tus pies, sino tu forma de vida.

Dile no a los zapatos apretados...¡¡¡