El arte de dejarse llevar
Cada experiencia que vivimos influye en nuestra forma de actuar, sentir y pensar.
Esto de algún modo transforma nuestra vida, ya sea poco a poco o rápidamente; todo dependerá de la importancia que le concedamos.
Pero, el problema se presenta cuando las situaciones que nos amenazan son tan fuertes que nos hacen perder la razón y sentir que se nos está terminando el mundo, y no saber cómo actuar, porque sencillamente nos gustaría que todo fuese de otra manera. Es por ello, que lo mejor es no formularnos expectativas, debido a que éstas pueden hacernos mucho daño.
Nadar en contra de la corriente, no es tarea fácil. Sin embargo, en ocasiones nos empeñamos en hacerlo sin ver que existen situaciones que no podemos cambiar y que todo en la vida tiene su tiempo.Particularmente, en varias ocasiones nadé en contra de la corriente y lo único que gané fue malestar y desgaste de energía.
Atesoro muchas anécdotas que después con el tiempo cuando las recuerdo me río de ellas.
Tengo dos hijas y cuando decidieron tener novio fue algo que no podía ni quería aceptar. Mi hija mayor y yo nos hacíamos la “guerra”. En ocasiones como no le concedía permiso para salir, se escapaba y no me daba cuenta. Una noche, entré a su habitación y no la encontré. Me quedé sentada en el sofá esperando su llegada y como el sueño me venció, me fui a dormir, porque tenía que trabajar al día siguiente. Justo cuando estoy saliendo es cuando ella va entrando, inmediatamente mis ojos lo dijeron todo y sólo le dije que al regresar hablaríamos.
Cuando regresé a casa no le dije nada y me hice la desentendida. A los pocos días me dice que la habían invitado para una fiesta e inmediatamente le dije que podía ir y que sólo me mantuviera informada. Ella me quedó mirando cómo preguntándose: ¿esa es mi mamá?…a partir de ese momento cambió totalmente su comportamiento. Con el tiempo me dijo que lo hacía para hacerme rabiar porque sabía que no gustaba de su novio.
Actualmente, está casada con ese muchacho, tiene dos hermosas hijas, que son mi adoración y mi yerno y yo nos la llevamos bien.
En resumen, no seguí luchando en contra de una situación que no podía controlar ni cambiar, ella estaba enamorada y haría todo para estar con su novio.
Sólo nos queda aceptar y dejar que las cosas fluyan. Todo en nuestras vidas tiene su momento.
Debemos recibir con amor y aceptación lo que la vida nos trae, aprovechando al máximo cada experiencia y estar consciente que en la vida no podemos controlarlo todo.
Así que, déjate sorprender y comienza a disfrutar cada momento.
Dejar fluir es el arte de dejarse llevar y vivir el presente a plenitud.
Existen muchas formas de practicar este arte:
• Practicar la aceptación. Es el primer paso para que el fluir entre a formar parte de nuestra filosofía de vida. Aceptar lo que sucede a nuestro alrededor, en lugar de luchar en su contra es lo más importante.
• Conectar con el presente. Vivir el aquí y el ahora.
• Extraer aprendizajes. De todas las experiencias se aprende por más desagradables que hayan sido algunas siempre se saca lo mejor.
• Abrirse a lo inesperado. Cada momento que vivimos es único y se vale el riesgo desde la responsabilidad y el compromiso.
• Reconocer las sincronías. El arte de dejar fluir implica también reconocer que hay momentos en los que coinciden en nuestras vidas distintas situaciones y encuentros, las cuales debemos reconocer y valorar.
"No se trata de tener todas las certezas, sino de aprender a vivir con las incertidumbres. Querer controlar todo enferma. Dejar fluir sana"
-Anónimo-
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