martes, 21 de junio de 2022

¿QUÉ ESPERA LA VIDA DE TI?

 





Estamos acostumbrados a pedirle a la vida. Pedimos más suerte, más bienestar, más salud, más dinero, menos kilos, menos problemas, más éxito, en fin, una lista inmensa de peticiones. Siempre pidiendo. Además, pedimos a los demás más amor, más comprensión, que nos presten atención, que nos respeten, ascenso en las empresas, no nos cansamos de pedir y pedir. Es tanto así, que lo hacemos hasta inconscientemente, como si tuviéramos el derecho de pedir todo lo que necesitamos o creemos que merecemos. 

No obstante, jamás nos hemos hecho la pregunta a la inversa: ¿Qué nos pide la vida a nosotros? Esta es una pregunta que probablemente nos haga temblar, porque no estamos acostumbrados a que la vida nos ponga en un banquillo y nos interrogue. Esto es algo inusual en nuestra sociedad, porque nos cuesta captar el mensaje de asumir nuestra responsabilidad para responder adecuadamente a las circunstancias que la vida nos pone en nuestro camino. ¿Somos capaces de enfrentar las adversidades? ¿Cómo respondemos a la petición silenciosa de la vida? La mayoría de las personas, responde con quejas, excusas, haciendo el papel de víctima de las circunstancias y echando culpa a la mala vida que le ha tocado vivir. Y, otros simplemente se consumen en la indiferencia, para ellos no existe ninguna responsabilidad para tomar correctamente las riendas de su vida.

Aunque queramos ignorarlo, la vida nos está pidiendo siempre algo y nosotros no escuchamos su llamado. Nos pide que dejemos de quejarnos y de hacernos las víctimas y comencemos a construir una vida de manera responsable, otras veces nos pide que aceptemos las situaciones y le busquemos el lado positivo, otras veces simplemente nos pide paciencia. 

El desafío es estar atento a esta petición constante. Porque esto nos ayudará en los momentos de crisis, en las situaciones donde no encontramos salida y en momentos de dolor y sufrimiento. 

“En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros”. Víctor Frankl.

Esta frase nos dice que la vida siempre espera algo de nosotros. Tenemos todo para hacer feliz a la vida, porque siempre esperará que saquemos lo mejor que tenemos, siempre esperará que aprovechemos las adversidades, que nos subamos a la montaña más alta con seguridad, que aceptemos los retos con valentía, que hagamos de nuestra vida el mundo donde queremos vivir, que desafiemos al miedo para llegar a lugares donde nunca imaginábamos llegar. 

Simplemente, busquemos el sentido de lo que estamos viviendo en el ahora. Porque hasta en las peores situaciones hay personas que le encuentran un sentido a ese sufrimiento por lo que están pasando. Así que, no digas que tu vida no tiene sentido, porque sólo tú eres responsable de la rueda de tu vida. Piensa por un instante en qué condiciones viven millones de personas en el mundo, después visualiza a tu alrededor para que aprecies todo lo que tienes. 

El problema es que te conviertas en víctima y caigas en la desesperación, y te niegues a buscar ese sentido. Siempre tendrá un sentido, pase lo que pase en tu vida. En la vida todo tiene su razón de ser. Sólo tú tienes la libertad de decidir quién quieres ser, qué actitud tomar ante las experiencias y situaciones de la vida.

Ahora te pregunto:

¿Qué es lo que espera la vida de ti en este momento?

¿Estás preparado/a para afrontar lo que la vida te pide?


Norys Zerpa, Coach personal y profesional

www.aprendconmigo.ml /aprendconmigo@gmail.com

 


jueves, 16 de junio de 2022

AUTOESTIMA: EL ARTE DE ACEPTARSE A UNO MISMO

 


Las experiencias vitales negativas, las presiones   diarias a las que   estamos sometidos, la necesidad de reconocimiento     externo,   la competitividad y la pretensión de   superación, son algunos factores que provocan y nutren la baja autoestima.

Aceptarnos tal y como somos, con nuestras fortalezas y debilidades, es la base de nuestra autoestima. Por ello, es necesario mantenerla en buen estado para nuestro bienestar.

Tú eres la persona más importante y con quien vivirás toda la vida. Por tal razón, el centro de tu bienestar es el equilibrio interior que florece de la aceptación de acoger con pasión tu propia esencia.

En el transcurso del tiempo, sostienes frecuentes vínculos sociales, sin embargo, también mantienes un diálogo interno habitual. Por ello, cuando tu conversación interna se matiza de culpa, sufrimientos y reproches, entonces estás encarcelando tu potencial de felicidad.

Mientras que, cuando generas un tono amable y palabras encantadoras en esa conversación interna que te acompaña, comienzas a nutrir tu autoestima con aceptación.

Recuerda que, aceptarte no significa únicamente valorar tu cuerpo tal y como es, sino también aceptar tu pasado desde la gratitud que te permite conocer que gracias a todo lo vivido, eres hoy una persona con más experiencia. Aceptar significa hacerte responsable de tus errores y aciertos como persona dueña de tu vida.

Aceptarte significa abrazar todos esos recuerdos que laten en tu corazón y permanecen en tu memoria. La aceptación te ayuda a crecer como persona

Cuando se habla de felicidad, en nuestra mente resplandece la palabra: perfecto. Y, es precisamente porque pensamos que la perfección es sinónimo de felicidad. Sin embargo, sólo es posible ser feliz lejos de cualquier síntoma de perfeccionismo, debido a que esto te encadena a la frustración de no estar a la altura de tus expectativas.

Es importante, no confundir la aceptación con el conformismo de creer que como ya eres así, no puedes cambiar. Déjame decirte que como ser humano tienes un potencial de crecimiento personal que sólo tú puedes desarrollar. No obstante, es bueno saber que todo cambio implica una decisión previa.

Es normal que existan algunas partes de tu cuerpo que te agraden más, que sientas una mayor alegría por algunas características de tu personalidad.  Ahora bien, apreciar lo positivo no te debe llevar a reprocharte aquello que no te guste, debido a que todo aquello que reprimes es lo que tiende a aparecer con la fuerza en forma de rabia y frustración.

Por consiguiente, las personas con una baja autoestima, suelen interpretar de una manera distorsionada lo que realmente son y lo que valen.  También, acostumbran a ser exigentes con todo lo que hacen, con lo que esperan en su día a día y de su forma de ser y actuar, con lo cual, no se sienten complacidos, se frustran y esto alimenta su baja autoestima. 

Muchas veces la frustración se produce no por no estar a la altura de la mayoría de las situaciones, sino por tener unas expectativas un tanto elevadas y poco realistas.

Las personas con baja autoestima, en términos generales, suelen tener los siguientes rasgos:

  • Dificultades para valorar sus talentos y capacidades
  • Buscan reafirmación, es decir, necesitan la aprobación de los demás para estar seguros de lo que hacen
  • Tienen tendencia a la insatisfacción
  • Manifiestan cierta dependencia emocional
  • Temen dar su opinión
  • Tienen un deseo excesivo por complacer a los demás
  • Se juzgan duramente
  • Se sienten culpables
  • Se exigen y se exigen en exceso
  • Buscan el reconocimiento externo

Tomando en consideración estos factores, las personas con baja autoestima, frecuentemente padecen ansiedad y tensión. Las personas que tienen una autoestima positiva, tienden a afrontar las exigencias del día a día de una manera más satisfactoria, logrando resultados alentadores algunas veces, y en otras no, pero siendo más capaces de adaptarse y aceptarlos debidamente, sin que esto afecte su bienestar emocional. Sin embargo, cuando se tiene una baja autoestima, es frecuente sentirse inseguro e ineficaz para afrontar cualquier reto o situación cotidiana, debido a que se producirá un incremento de la ansiedad, y una valoración negativa o poco satisfactoria de los resultados. Esto a su vez generará más ansiedad y baja autoestima.

Es necesario saber que, la confianza en uno mismo, pasa por aceptar las limitaciones personales, quererlas mejorar, a la vez que utilizando los puntos fuertes de uno mismo, que todos tenemos. Por lo tanto, la importancia de aceptarse uno mismo es clave en el proceso de formación de la autoestima.

Como complemento debemos tomar en consideración uno de los pilares de la autoestima: la asertividad, entendida como la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. En definitiva un respeto hacia las propias necesidades. Un “no” a tiempo, es un “sí” a la tranquilidad y a la autoconfianza. 

No obstante, ser fieles a nuestros principios y necesidades, es un buen comienzo para ser asertivos y para tener una autoestima positiva.

Si bien las personas tenemos responsabilidades, también tenemos y merecemos el derecho a mostrarnos como somos. Tal y como me veo yo, es como me verán los demás.

Para fomentar un aumento en tu autoestima, es importante:

  • Sentirte bien contigo mismo
  • Alegrarte de los logros ajenos
  • Saber dar y recibir
  • Pedir ayuda
  • Aprender a percibir tu eficacia personal
  • Disfrutar de las cosas bonitas de la vida
  • Luchar por tus metas
  • Mantener una actitud abierta hacia nuevos retos y conocimientos
  • Mostrar una actitud positiva frente a la vida
  • Procurar estar de buen humor
  • Ser asertivo

Así pues, debes saber que la autoestima, no se medirá sólo a partir de los logros externos, sino a partir del bienestar de uno consigo mismo. Muchas veces desperdiciamos nuestro tiempo escuchando a los demás, pensando que el resultado de ello es que se nos va a querer o valorar más. Por ello, lo que hagamos, hagámoslo por nosotros mismos, debido a que sólo si estoy bien conmigo mismo podré ofrecer lo mejor de mi a los demás. Además, si bien es importante la opinión y el reconocimiento de los demás, más lo es la tranquilidad, el respeto a mis propias necesidades y a mi forma de ser.

Nuestro reto personal en la vida no es llegar a ser perfecto, sino el aceptar positivamente mis imperfecciones, mejorarlas y disfrutar de las bondades de la vida.