Así como existen personas casa, al lado de quienes te sientes protegido y en paz que son tu hogar, también hay personas puente que te ayudan no sólo a trasladarte de un sitio a otro, sino también de una experiencia a otra. Son esas personas que te abren los ojos y te guían. Algunas veces, el puente se queda contigo y otras veces sólo te ayuda a cruzar de un lugar a otro. Otras, sólo te han ayudado a pasar hasta un sitio determinado en el que se te hacía difícil el camino, para después alejarse y seguir con su vida y tú seguir con la tuya.
Las personas puente te enseñan siempre y dejan una huella imborrable en tu vida. En algunos casos, hasta te salvan la vida. Existen amistades que, son tan especiales que se convierten en tus aliadas y que están dispuestas a brindarte su apoyo de manera incondicional.
En otros casos, te puedes encontrar con personas desconocidas que, aparecen justo cuando las necesitabas y de pronto desaparecen.
Así transitamos por la vida, sin instructivo, sin mapa, sin GPS, porque la vida misma nos va enseñando como recorrerla. No somos perfectos, por ello, se dice que, “errar es de humanos”, y es así, como vamos por la vida, procurando aprender de nuestros errores.
Para nadie es un secreto que, aprendemos de todos. De quienes ven a los demás como objetos, de aquellos que emplean su astucia como arma para dañar, de algunos que utilizan un lenguaje agresivo para demostrar su poder y de los que utilizan su soberbia para intimidar, alardeando una superioridad moral que desestima a todos los demás.
No obstante, para fortuna nuestra, también aprendemos de aquellas personas amables, cariñosas, respetuosas, honestas, humildes, generosas, solidarias, comprensivas, dispuestas a prestar ayuda de ser necesario.
Particularmente, he tenido la fortuna de cruzarme con todo tipo de personas en mi camino. Cada una ha llegado con nuevas experiencias e historias. Algunas me han servido como guía para controlar mis emocionales, permitiendo con ello, continuar mi camino con más seguridad.
Por ello, agradezco a la vida la dicha de tener tantas personas puente que me han ayudado a vencer el miedo, a “abrir” los ojos, a superar obstáculos y sobre todo a tenerlas a mi lado. También, por todas aquellas personas que me ayudaron en algún momento y desaparecieron dejando su marca anclada en mi corazón.
Las “personas puente”, siempre dejan una enseñanza, porque tienen la capacidad de calmar las aguas, generar armonía, motivarnos para transformar la realidad y ser mediadora en aquellos momentos donde piensas que todo está perdido.
Finalmente, si tienes la dicha de encontrar una en tu camino, aprovéchala.
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