Tener luz propia es disfrutar de una buena autoestima y estar orgullosos de quienes somos. Significa anhelar con fuerza lo que nos llena y hace feliz, significa dar felicidad a los demás y agradecer cada instante vivido. Es sentirnos libres y vivir en plenitud.
Al fin y al cabo, la vida no es tan difícil, somos nosotros quien le cambiamos el color y nos abrazamos a su oscuridad a pesar de estar vivos.
Esa oscuridad cubre a aquellas personas que pasan parte de su vida sumergidas entre las envidias, los rencores y resentimientos hacia los demás y no pueden ser felices. Por ello, debemos caminar con precaución, en ocasiones, las personas oscuras pueden ir apagando luces.
Es importante tener luz propia. Nadie debe darte su luz, porque debemos aprender a cultivar nuestras propias luces, resolviendo las oscuridades que la vida nos regala de vez en cuando.
Para llegar a tener luz propia, es esencial aprender que somos personas únicas y auténticas. Por consiguiente, debes enorgullecerte de todo lo que eres y has conseguido. Aceptar los errores o fracasos como faroles que te permitieron cruzar el túnel, nunca avergonzarte de ellos, son experiencias que enriquecen tu ciclo de vida.
No obstante, lo creamos o no, nadie nace con luz propia. La luz, la suerte y la felicidad se cultivan cada día.
Por otra parte, protegernos de las personas que van apagando luces es nuestra responsabilidad. Apartarnos de las personas negativas, es un paso significativo. Este tipo de personas tienen la habilidad para hacernos creer que no somos capaces o merecedores de ciertas cosas. Réstales importancia y sigue conservando tu luz propia.
Por esa razón, lo mejor es ignorarlas en lugar de enfadarnos o enfrentarnos a ellas. Acéptalas por cómo son, acéptate tú e ignora, esto te ayudará a comprender su comportamiento.
Asimismo, alejarte de las personas que son adictas al drama, es fundamental para conservar tu luz propia. Este tipo de personas crean sus propias tormentas y lloran cuando llueve. Su felicidad es llevar a cabo el victimismo, la manipulación y maximizar cualquier pequeño detalle para utilizarlo a su favor.
Así pues, rodéate de personas que también tengan luz propia. Esto te permitirá fortalecer tus relaciones con amigos, familiares y parejas que tienen tus mismos valores. Recuerda que, no todos somos iguales, lo importante es mantenernos al margen y no hacernos daños los unos a los otros.
A fin de cuenta, las personas que te importan son las que te hacen feliz, de las que aprendes y ellas serán tu vitamina frente a los que pretendan apagar luces ajenas.
La vida es un ratico, cada persona es como es y no podemos cambiarlas ni obligarlas a ver el mundo desde nuestra perspectiva. Entonces, lo mejor es aprovecharla haciendo lo que nos gusta, aprendiendo de nuestros fracasos, agregando historia a nuestro lienzo de vida, compartiendo, regalando sonrisas a quien las necesite y disfrutar de nuestra luz mientras esté encendida.
Aprovecha el sol, antes que caiga la noche.
...//// Norys Zerpa
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